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Junto con la llegada de la primavera y los días de calor, llega la ropa ligera, los chalecos de hilo y por supuesto, las chalitas. Al igual que las telas con las que elegimos vestir a nuestros niños, el material y la forma de las sandalias también resultan importantes para cuidar los pies de los más pequeños.
Tal como hemos conversado en los artículos sobre telas, los materiales sintéticos para vestir a nuestros niños terminan dañando su piel. En los pies ocurre lo mismo, por eso es importante que la primera característica de una buena chalita es que sea de cuero. El cuero protege a los pies siendo un material transpirable. A diferencia de los materiales sintéticos, no genera mal olor ni los sobrecalienta, ayudando a impedir la salida de hongos. Es por esto que todo lo que esté en contacto con la piel del pie, tiene que ser de cuero.
Otra característica importante, es que la suela de las chalas tenga buen agarre. Es por eso que se recomienda suelas de goma y con pequeños relieves, que ayuden a pisar con la seguridad que en superficies planas, nuestros niños no se van a resbalar.
Para días con altas temperaturas, es recomendable tener los pies lo más despejados posible. Las chalitas con talón descubierto, aseguran estar más cómodos, livianos y frescos.
El peso del zapato también es un tema a considerar, lo importante es que nuestros niños no pierdan movilidad. Es por esto que es importante tener sandalias livianas que no generen un peso extra en el pie. Todo zapato muy pesado dificulta correr e incluso caminar.
Por último, atender la durabilidad. Es cierto que nuestro niños crecen constantemente, sin embargo, es importante entregarles en cada momento unos zapatos que los acompañen sin problemas en todas sus salidas y juegos. Es en este sentido que los materiales de las chalitas y su confección debe ser de primera calidad.
